Martes, 5 de abril de 2011
Hace ya tres años, escribiendo un reportaje sobre Luis Tascón, me crucé por primera vez con el rostro y el nombre de Gerson Pérez.
Después de hacer una denuncia de corrupción contra el hermano de Diosdado Cabello, Tascón fue víctima de una campaña agresiva del gobierno para ensuciar su nombre.
Diosdado lo acusó de ser “instrumento del imperio” y de haber gestionado un pasaporte diplomático para Alex del Nogal, un banquero venezolano acusado de narcotráfico.
Carlos Escarrá apareció mostrando una supuesta carta de Tascón a Nicolás Maduro pidiéndole ayuda para renovar el pasaporte de Alex del Nogal.
Cilia Flores declaró que Tascón era un irresponsable y propuso en una reunión del Bloque Parlamentario Socialista expulsarlo por conspirar contra la revolución con el imperio y el canal Globovisión.
Y Gerson Pérez apareció en los medios denunciando un plan del diputado para desestabilizar el gobierno, que incluía el asesinato de la ex esposa de Chávez, Marisabel Rodríguez.
Como era un personaje anónimo (y todavía lo es), en ese reportaje me referí a él como un “oscuro militante del PSUV.”
Ni siquiera lo mencioné por nombre.
Desde entonces, sin embargo, he visto a Gerson muchas veces en TV. Su nombre y su rostro siempre son los mismos, pero no su rótulo.
A veces se presenta como coordinador de una ONG; otras veces como líder estudiantil; y otra veces como “representante” o “militante” del PSUV. En un programa de Globovisión hasta debutó como cantante.
En un post de 2007 (un año antes de mi reportaje) el blog Diario Venezolano ya lo había bautizado “el supermán chavista”:
En la marcha del martes [Gerson] se presentó como estudiante de la Unefa; y minutos más tarde, inquirido por la prensa, confesó que no era estudiante nada, que ya se había graduado de especialista en alguna ciencia oculta y que ahora era aspirante a dirigente juvenil del PSUV. Hasta hace sólo dos meses Pérez decía representar a la organización Prevención Popular, que denunció un supuesto plan para tumbar al gobierno que consistía en disfrazar a 200 paramilitares de buhoneros. También se le conoció como vocero de la organización Despertar de la Historia, que resultó de las pugnas internas de un sector del MVR contra el alcalde Freddy Bernal. Y mucho más atrás, Pérez era secretario juvenil del mismo partido; se le recuerda muy bien por los años 2000 y 2001, cuando por momentos atacaba al sector militar emeverrista y se retractaba de inmediato, por temor a malponerse con el comandante.
Independientemente de su rótulo, Gerson parece ser una especie de hitman del chavismo, alguien que camuflándose con su anonimato hace de vez en cuando trabajitos sucios para un chavista poderoso, quizá –dicen algunos– Diosdado Cabello.
En los últimos años Gerson ha participado en operaciones sucias contra 1) Luis Tascón; 2) Ismael García; 3) Gregorio Antonio García (hermano de Ismael); 4) Henry Falcón; 5) Henrique Capriles Radonsky; y 6) Humberto Prado.
Y, si en estas operaciones los argumentos de los escuálidos son útiles, a Gersón no le tiembla el pulso.
A Tascón, cuando cayó en desgracia, lo criticó por “hacer listas con el ánimo de exponer a personas al escarnio público.”
Hacer listas con el ánimo de exponer a personas al escarnio público.
Si algún día Freddy Bernal cae en desgracia, seguramente Gerson aparecerá en los medios criticándolo por armar a civiles en abril de 2002 y disparar contra una marcha pacífica.
No extraña que con personajillos así, chapuceros, patéticos, risibles, que parecen sacados de un circo o una opera buffa, hasta la gente de Aporrea pierda la paciencia.
Tribuna:
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