Sábado, 11 de enero de 2014
Ausente de los análisis que ha provocado el horrible asesinato de Mónica Spear ha estado nuestro propio pasado. Se ven maneras creativas de poner los números en contexto, pero no en recordar cómo ha sido la curva del crimen en Venezuela antes de 1998.
La historia es fácil de resumir. Desde la caída de Pérez Jiménez en el 58 hasta el 89 la tasa de homicidio se mantuvo relativamente estable, nunca sobrepasando la 10 víctimas por cada 100 mil habitantes. Entre el 89 y el 93 se duplicó, y a partir del 94, y hasta el ascenso de Chávez en el 98, la tasa se estabilizó en 20.
Durante el gobierno de Chávez, y ahora Maduro, la tasa se ha cuadruplicado hasta llegar a casi 80.
¿Por qué se duplicó entre el 89 y el 93? Sin duda la grave crisis institucional de esos años -el Caracazo, los dos golpes, la destitución de CAP, etc- tuvo algo que ver con ese primer salto. Pero Caldera logró frenar la tendencia ascendente, cosa que el chavismo no ha logrado.
Ahora bien, hay que tener cuidado cuando se analizan las causas del estallido de violencia y no poner demasiado énfasis en la economía. La bonanza petrolera, la mayor de nuestra historia, le permitió a Chávez disimular su incapacidad como gobernante. Ni la reducción de pobreza ni el crecimiento del PIB per cápita fueron excepcionales bajo su gobierno si se les compara con el resto de la region; de hecho, desde 2008 nuestro país ha estado entre los peores en crecimiento del ingreso. Pero sería absurdo pensar que la bonanza no tuvo efectos positivos en el bolsillo de los venezolanos.
¿Por qué entonces la bonanza, y el efecto que tuvo en el ingreso y los índices de pobreza y desigualdad, no contribuyó también a reducir el crimen o al menos estabilizarlo?
Miren el comportamiento de estas curvas (utilizando cifras oficiales para el crimen). No hay una correlación entre subida del ingreso y reducción de la tasa de homicidios:
Y miren cómo Colombia y Brasil, que han logrado reducir considerablemente su tasa de homicidios, siguen detrás de Venezuela en ingreso por persona:
Al mismo tiempo, fíjense como durante Chávez, excepto en 2003 (por el paro), el ingreso por persona ha rondado el promedio de los últimos 30 años y, sin embargo, la tasa de homicidios es hoy ocho veces mayor a la tasa promedio de los 80.
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