Miércoles, 17 de agosto de 2011
Hace un rato escuché a Hugo Chávez interrumpiendo con una llamada telefónica una conferencia de prensa de su ministro de Finanzas, Jorge Giordani.
Como siempre, dijo muchas burradas, delatando, una vez más, que su ignorancia económica es un barril sin fondo.
Pero lo que me causó gracia fue un comentario que hizo sobre Noriega, ex subsecretario de Estado norteamericano para asuntos del hemisferio occidental.
En la visión de Chávez, Noriega -a quién rotuló ex secretario de Estado- forma parte de los círculos de poder de la extrema derecha que de verdad mandan en Washington, por arriba no sólo de Obama, sino de cualquier administración, demócrata o republicana.
“Esta es la voz del imperio,” dijo. “No necesariamente de Obama, pero de los que de verdad mandan.”
Para cualquiera más o menos familiarizado con Washington -y que sepa que Noriega fue marginado de la diplomacia norteamericana por los mismos republicanos (específicamente la administración de George W. Bush)- esta declaración da risa.
Mucho más acertada (y tan divertida) es la descripción de Noriega que hizo hace unos meses Álvaro Vargas Llosa (1.06):
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