Jueves, 1 de abril de 2010
En una nota en el El Universal Elvia Gómez informa que, según miembros del partido Primero Justicia, la propuesta de Henrique Capriles Radonski de hacer primarias en todos los circuitos de Miranda por la falta de consenso obedece a buenas intenciones y no busca perjudicar el proceso unitario.
Pero dice Gómez que “la onda expansiva de esa propuesta no se detiene en los linderos geográficos del estado que gobierna Capriles…sino que somete a revisión todo un mapa en donde entran en juego, en promedio, una veintena de organizaciones, entre partidos, movimientos electorales y ONG, que se disputan 165 puestos principales con sus respectivos suplentes.”
Gómez cita a un jefe partidista diciendo que, de ser esta la posición oficial de PJ, podrían someterse “a revisión todos los acuerdos a escala nacional, pues exigencias similares de primarias a estas alturas del calendario se presentarían, y por las mismas razones que en Miranda, en otras regiones del país, con el consecuente desencuadernamiento de lo avanzado.”
La periodista también informa que la Comisión Técnica Electoral para Primarias ya forjó un acuerdo con el Consejo Nacional Electoral para hacer mediciones el 25 de abril en 18 circuitos. Cualquier elección adicional tendría que hacerse luego de las primarias del PSUV, previstas para el 16 de mayo.
Sobre esta difícil situación, me gustaría hacer dos observaciones:
1) Se puede decir que lo que ocurre ahora es una consecuencia natural de un método defectuoso para escoger los candidatos unitarios a la Asamblea Nacional, en el que se combinan los acuerdos por consenso (donde se pueden alcanzar) con las primarias (donde no se pueden alcanzar acuerdos).
Se puede decir que mediante este método híbrido se crearon incentivos perversos y que era inevitable el sacrificio de las candidaturas de algunos líderes de base.
Pero el hecho es que ya estamos donde estamos. En este momento existen limitaciones de tiempo y de recursos, así como riesgos de retrocesos en los lugares donde ya se han alcanzado acuerdos.
El balance es muy delicado, porque en los casos complicados (como el de Goicoechea) la salida más democrática (primarias) puede complicar acuerdos en otros lugares e infligir daños irreparables en el proceso unitario. Es decir: para lograr la unidad quizá se tenga que sacrificar a algunos líderes populares que en un escenario de primarias hubiesen sido elegidos como candidatos.
Si se puede rápidamente organizar y pagar primarias en Miranda sin que se desate una “ola expansiva” en el resto de la nación, perfecto. Pero, de lo contrario, deben tomarse decisiones difíciles para evitar un desmantelamiento de la unidad.
2) No necesitamos tener información detallada sobre lo que ocurre en la Mesa de la Unidad para criticar el comportamiento irresponsable de Primero Justicia. Yon Goicoechea hizo su controversial anuncio (exigiendo primarias) sin permiso de la dirección nacional de su partido. Luego la dirección nacional de PJ emitió un comunicado en el que calificó como “un acto de indiciplina” el pronunciamiento de Goicoechea. Y luego Capriles Radonski, contradiciendo el comunicado de la dirección nacional y poniéndose del lado de Goicoechea, propuso hacer primarias en todos los circuitos del estado Miranda.
¿Acaso no se hablan las principales figuras y dirigentes de PJ?
De todas las reacciones, la de Capriles Radonski me parece la más intempestiva e irresponsable. No haber sido extremamente prudente midiendo los posibles efectos secundiarios de su propuesta podría costarle muy caro a la oposición.
Esperemos que no.
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