Sábado, 6 de octubre de 2012
No acepta el ingreso de observadores reales pero sí aprovecha la presencia de observadores fantoches para revestir de legitimidad democrática el proceso electoral. Quiere los beneficios de traer observadores extranjeros más no el proceso de vigilancia que acarrea una verdadera Misión de Observación Electoral. Y la Unasur acepta el papel de tonto útil:
Por si acaso, les recuerdo una vez más que en el mejor de los casos está misión de acompañamiento de la Unasur es inútil. En el peor, perniciosamente inútil.
Ya varias veces han caído en esta trampa algunos incautos que no registran las diferencias entre esta misiones de acompañamiento y las MOE.
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