Martes, 4 de septiembre de 2012
Reconozco que me equivoqué con el mercenario. Pero no sobre el fondo, sino las formas.
El gobierno no pareciera haberse buscado a un personajillo como Chávez Abarca o Giovanny Vásquez para montar una nueva olla. Lo que aparentemente ocurrió, y especulo en base a un reportaje de Gerardo Reyes y Casto Ocando, fue que a un narcotraficante de baja monta que se fugó de una cárcel en Colombia, Eduardo Acosta Mejía, lo capturaron en Táchira con un pasaporte norteamericano que no tenía sellos de ingreso al país.
Sujeto dominicano estadounidense capturado en Táchira con un pasaporte norteamericano sin sellos de ingreso al país en época electoral, ¿no esto un regalo de Dios?
Acosta viajaba hacia el interior del país en un autobús de línea que fue sometido a una inspección de rutina en el Punto de Control del Destacamento de Fronteras Nº 12 de la población de La Pedrera.
El caso hubiera pasado como un incidente migratorio más sino es porque el presidente Chávez lo convirtió la semana pasada en un tema de campaña presidencial, y en una nueva fuente de tensión con Estados Unidos.
Ahora bien, ¿por qué Chávez y el oficialismo no han mencionado más al mercenario?
Sospecho que la razón es que demasiados detalles sobre el pasado Acosta Mejía comenzaron a emerger, robándole la oportunidad al gobierno de inventar una teoría de conspiración.
Y por eso llevamos varias semanas sin saber de él.