Lunes, 24 de febrero de 2014
Creo que tiene razón Econ_Vzla. Leo su respuesta y creo que no estamos tan en desacuerdo como parece. Más aún, algunos los puntos que traté de expresar él los expresó con mayor elocuencia.
Sí me incomodan un poco la última serie de preguntas, pero no lo suficiente como para extender el debate y aburrirlos.
Pero debo decir que la historia rara vez es un cuento moral.
Econ_Vzla dice:
Cuándo mencioné el tema en nuestro intercambio puse el énfasis en que #LaSalida, cualquier salida debe ser sostenible o no será salida. Me refería con eso a que la construcción de una mayoría “nocional”, que va ciertamente más allá del tema numérico -electoral-. Esta mayoría “nocional” es una versión blanda de lo que pudiera ser el respaldo popular. Y con mayoría nocional me refiero a que si la protesta pretende ser la mecha que desencadene un cambio de régimen –la oferta original de #LaSalida- ésta debe ser percibida como no-antagónica a los problemas y anhelos de una amplia base social. No me refiero a que la protesta debe recibir el apoyo duro, ni siquiera la simpatía tipo ni-ni, me refiero a que la protesta debe ser percibida como que está conectada, que se preocupa por el padecer de las mayorías.
Sé que estarás de acuerdo con que esta condición de no-antagonismo es necesaria para la sostenibilidad de cualquier cambio en cualquier escenario, desde un triunfo electoral en 2015, 2016 o 2019, hasta las diferentes vías previstas en la Constitución, pasando incluso por la vía insurreccional.
Sería bueno que la sostenibilidad de cualquier cambio dependiera de una condición de no-antagonismo. Pero pónganse a ver. ¿Cuál ha sido el gobierno más antagónico de los últimos cincuenta años? ¿Cuál ha sido el único gobierno que ha satanizado y deshumanizado sistemáticamente al otro bando? ¿Cuál gobierno ha prácticamente convertido la deshumanización en sú único modo de expresión? ¿A cuál no le ha importado nada lo que piensa o padece la otra mitad del país?
¿Y no ha durado ese régimen ya quince años?
Lo que debería ser y lo que nos gustaría que fuera es una cosa. Otra cosa es lo que es.
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