Mi problema con Lissette

Sábado, 1 de marzo de 2014

Lissette dice (negritas mías):

Tienes toda la razón cuando comentas que cuánto apoyo recibe la oposición no es un fenómeno independiente del ventajismo por parte del gobierno: uso de fondos públicos para las campañas, contar con el sistema nacional de medios públicos donde aparecen candidatos del oficialismo casi en exclusiva, violación de las normas electorales sin que intervenga el CNE, entre muchos otros elementos que podrían mencionarse.

Pero reducir la correlación de fuerzas existente entre oposición y gobierno sólo a este factor equivale a desconocer los efectos sociales que a lo largo de estos últimos quince años han generado la polarización y el discurso oficial basado en la reivindicación identitaria de los excluidos del pasado.

El problema es ¿quién dijo “sólo”?

Yo sólo digo que, sin estos abusos que ella menciona, Capriles probablemente hubiese ganado el 14A. No con el 90 por ciento de los votos, pero probablemente hubiese ganado. (Asumiendo que no ganó).

Por otro lado, yo he reconocido muchas veces que

…millones de pobres en Venezuela se sintieron reconocidos por Chávez y empoderados por su discurso y muchas de sus políticas. Chávez arrimó hacia el centro del debate público el tema de la injusticia social. No abordó con éxito las causas estructurales de la pobreza, pero la increíble bonanza petrolera lo ayudó a reducirla y a lanzar las famosas “misiones” que, pese a estar marcadas por la ineficacia y el despilfarro, han asistido de una manera real y tangible a millones de venezolanos excluidos.

Nunca he negado los avances -aunque sí me he esforzado por ponerlos en contexto.

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