Jueves, 13 de febrero de 2014
Hay anécdotas tempranas del chavismo que nos ayudan a entender lo que ocurre en el presente.
¿Alguien se acuerda, por ejemplo, de la fotografía de un camión y un microbús en el que llegó el colectivo La Piedrita a sabotear violentamente una marcha de estudiantes opositores en 2009?
En la foto que se difundió entonces se podía ver leyendas en los vehículos que decían “Grupo de Trabajo La Piedrita” al lado del logotipo del canal estatal de televisión ViVe.
Pero eso fue cuando ya no era un secreto la relación entre el gobierno y estos colectivos grupos paramilitares, a veces, como en el caso de La Piedrita, fascinantemente compleja.
Mucho antes de eso, poco antes del golpe de abril de 2002, se llevó a cabo una reunión entre Hugo Chávez y el alto militar para debatir cómo combatir la marchas y la huelga de la oposición.
Y a esa reunión llegaron de pronto los miembros del Comando Táctico de la Revolución (CTR), un grupo que controlaba parte de la maquinaria política de Chávez.
…the tone of the meeting instantly changed, as did the attitude of the president. Before the appearance of the CTR, Chávez had been behaving like the president of Venezuela and the commander in chief of the armed forces -his two primary roles…..But now Chávez was transformed. He was now the leader of the Bolivarian Revolution, a very different role.
The CTR steered the meeting toward their plans to employ the Bolivarian Circles as a paramilitary force to stop the marches and defend the president, specifically by organizing them into brigades. Then they discussed a plan to have the National Guard storm the central offices of PDVSA in Chuao to take control of the oil company by force. They also spoke of launching an aggresive information campaign on both the public and the private TV stations, including having loyalists fill the highways with cars and then broadcasting the images on TV to make it look as if people were working.
Esta pequeña anécdota sintetiza la filosofía gangsteril del ejercicio del poder que tiene la cúpula chavista.
¿Y adivinen quién era uno de los miembros del CTR? La actual primera dama, Cilia Flores.
Basado en testimonios de varios asistentes, mi amigo Brian Nelson reconstruyó esta reunión en su excelente libro sobre el golpe.
No cuesta mucho trabajo imaginar las reuniones de ahora. Contacten a los colectivos y mándenlos a Plaza Venezuela, no dejen que ningún medio transmita imágenes de la marcha, saquen a NTN24 de las cableras, llenen autobuses con nuestros seguidores para la contramarcha, emitan una orden de arresto contra Leopoldo López.
Después de todo, eso es lo que hubiese hecho El Comandante, ¿no?
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