Sábado, 22 de diciembre de 2012
Juan Nagel nos lleva a este artículo de Javier Corrales que revela un dato interesante.
No es sólo que en América Latina los presidentes casi siempre logran reelegirse (desde 1984 sólo 2 de 18 han fracasado), sino que suelen ganar la reelección con amplios márgenes.
Mientras que en Estados Unidos la ventaja promedio es 9 puntos (desde 1936), en América Latina es casi 29 puntos porcentuales (desde 1984).
Es decir, Chávez ganó la reelección en octubre con 17 puntos menos que la ventaja promedio.
Para mí este dato es impresionante porque en un petroestado autoritario las ventajas que tiene un presidente para ser reelecto son mucho, mucho mayores, sobre todo si se compite con los precios del petróleo por la nubes. ¿Quién de esos otros 16 presidentes ha contado con una petrochequera sin límite y quien ha utilizado tanto dinero sin ningún control? ¿Cuántos han doblegado a los medios, transmitido incontables cadenas, asfixiado las fuentes de financiamiento de la oposición e inhabilitado a potenciales adversarios como lo ha hecho Chávez?
Venezuela, pues, debería estar por encima del promedio, no 17 puntos por debajo.
Lo cual me lleva al siguiente punto.
Es cierto que la desastrosa gestión del gobierno -inflación, escasez, crimen, crisis eléctrica, etc- ayuda a explicar la relativamente pequeña ventaja con que ganó Chávez. Pero ése no es el único factor. También influye que antes del 16D la oposición hizo un excelente trabajo. Corrales tiene razón en resaltar la unidad, pero yo creo que los aciertos van más allá de la MUD.
Aunque estas cosas son difíciles de comprobar, llevo algún tiempo coqueteando con la idea de que la verdadera historia del 7/O es cómo, bajo circunstancias increíblemente adversas, la oposición se las ingenió para llegar tan cerca de derrotar a Chávez (sólo le faltó robarle 6 puntos porcentuales al presidente para ganar).
El artículo de Corrales refuerza esta hipótesis.
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