Viernes, 14 de enero de 2011
Cuando se habla de ventajismo del gobierno en los procesos electorales, la mayoría piensa en el uso ilegal y abusivo de recursos del Estado con objetivos proselitistas.
Pero escuchar con atención las entrevistas de RCN con el narcotraficante William Makled me han hecho pensar que este ventajismo involucra tanto al sector público como el privado, incluyendo la el sector privado ilícito.
En la entrevista de RCN, por ejemplo, Makled cuenta que contribuyó con dos millones de dólares para el referendo de 2004. Como agradecimiento a esto, cuenta, le consiguieron las concesiones de Puerto Cabello.
No es exagerado presumir que, con el control de este puerto, Makled multiplicó su fortuna con sus actividades ilícitas, lo cual seguramente se tradujo en mayores sumas para las campañas electorales del gobierno (por no hablar del engrosamiento de las cuentas bancarias personales de funcionarios chavistas).
Ahora bien, al narcotráfico le conviene que este gobierno esté en el poder. Por eso el incentivo para dar dinero a las campañas electorales es enorme. Así no sea a cambio de favores específicos, al narcotráfico le interesa mantener el status quo.
Lo mismo se puede decir de empresarios boliburgueses cuya fortunas siderales dependen de sus contactos con el actual gobierno.
Este codicioso grupo le dará al presidente lo que sea en la campaña de 2012 para que el país siga siendo “la puerta del cielo,” nombre que, según algunos reportes, los narcotraficantes le han dado a la República Bolivariana de Venezuela.
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