Lunes, 5 de diciembre de 2011
Cuánta maldad…
Así comentó una lectora en su twitter la pequeña nota que escribí sobre Henry Vivas.
Y, si uno asume que Hugo Chávez está enterado de los detalles del estado de salud de Vivas, ¿cómo no se puede decir eso?
Es posible, sin embargo, que Chávez no conozca los detalles; también que la jueza que le negó la medida humanitaria no duerma tranquila en las noches por haber tomado esa decisión.
Si ese fuese el caso, ¿por que entonces la jueza negaría la medida humanitaria?
Por el efecto Afiuni; porque sabe que corre el riesgo de ir presa si decide a favor de Vivas. (Theresly Malavé me cuenta que se han visto casos de jueces que desaparecen antes de tomar una decisión porque no quieren condenar a prisión a una persona inocente o emitir una sentencia que pueda irritar al gobierno).
Esto demostraría que a veces la maldad extrema puede ser consecuencia de un sistema de incentivos más que de la maldad de un individuo particular, o que la maldad de un sistema puede superar la de los individuos que conforman ese sistema.
Claro está que existe la posibilidad de que Chávez conozca los detalles de las salud de Vivas o que la jueza no haya sentido mayor remordimiento.
Ese escenario tampoco me sorprendería.
Próximo:
- Un incidente revelador de la CELAC que pocos notaron.
Share