Cortázar y escribir mal

Viernes, 18 de marzo de 2011

Ya viejo Julio Cortázar solía decir que cada día escribía peor. Y en cierto sentido, tenía razón. Lean con cuidado el famoso (y muy corto) capítulo 7 de Rayuela. Miren la lógica inconsistente detrás de las comas y los puntos; la torpe repetición de palabras (“boca,” “cerca,” “pelo”); su estilo impreciso e ineficiente; el desorden oral de sus ideas. Mi profesora de Castellano de 4to grado diría que este capítulo está muy mal escrito.

Pero diciendo que “cada día escribía peor” Cortázar no necesariamente decía que era un mal escritor. Lo que en realidad sugería es que a veces, para alcanzar lo que tenía en mente, se veía obligado a buscar formas de expresión poco convencionales. Para recrear o reinventar una situación (en el caso del capítulo 7 un episodio muy íntimo) debía desafiar el uso tradicional del lenguaje para tratar de imponerle nuevos ritmos, directrices, sugerencias, ambigüedades. Sólo así podía expresar lo quería expresar y llenar de vida sus ficciones.

El capítulo 7 de Rayuela quizá está mal escrito. Pero no queda duda de que lo forjó un gran escritor.

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