Viernes, 26 de octubre de 2007
Algunos abstencionistas parecieran asumir que los que promueven la participación en el referendo para la reforma son unos ingenuos, porque no se dan cuenta de que en Venezuela no se vive en una democracia y de que es imposible ganar unas elecciones con un árbitro parcializado que permite, entre otras cosas, la manipulación del registro electoral, el ventajismo, la discriminación, y además está dispuesto, si las circunstancias lo exigen, a modificar una votación para favorecer al gobierno. Para ellos, el corazón del debate no pareciera ser lo que puede ganar la oposición con la abstención, sino si la reforma requiere de una Asamblea Constituyente o si Chávez y el Consejo Nacional Electoral hicieron trampa en el referendo revocatorio y los demás procesos electorales.