Lunes, 24 de febrero de 2014
Quiero comentar algunas cosas sobre los inteligentes comentarios de Lisette y @Econ_Vzla, pero la crisis se ha acentuado y quiero hacer primero unos puntos.
En primer lugar, debemos dejar claro una cosa: ningún líder de oposición ha hecho un llamado a la violencia o apoyado las guarimbas y las barricadas. Al contrario: todos han hecho un llamado explícito a la manifestación pacífica. En estos coinciden radicales y moderados.
Segundo, en un escenario de protestas como el de ahora es difícil tener control sobre todos los factores y erradicar la guarimba y barricadas. Lo importante es que el liderazgo rechace estos métodos -y quizá deben hacerlo con mayor fuerza.
Veo a algunos comentadores y periodistas que, cada vez que hay un golpe represivo o guarimbas, sugieren que la culpa es de los defensores de la manifestaciones (“¿Esto es lo que querían? ¿Esto es lo que promueven?”). Esto es injusto. (Tan injusto como calificar a los críticos de las guarimbas como enemigos de las protestas). Y sorprende que los que tácitamente igualan promover la protesta a promover la guarimba sean los mismos que celebraron la marcha del sábado. Si llamar a la manifestación pacífica y continuada acarrea un riesgo de guarimba, y puede motivar una respuesta excesiva del gobierno (un riesgo que siempre va a existir), ¿no fue lo del sábado una imprudencia en este momento álgido? En este sentido hay que ser más consistente y no adoptar posturas cómodas.
Tercero, decenas de miles de personas saliendo a la calle a manifestar parece haber zanjado las diferencias en el liderazgo opositor y forjado algo cercano a un nuevo consenso. Todos han coincidido en llamar a la protesta pacífica y continuada. Esto es un cambio.
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